
En las inmediaciones de la Cueva de los Tayos del Ecuador viven los Shuaras, quienes en el pasado fueron conocidos con el nombre Jíbaro denominación despectiva para ellos, famosos también en el pasado por su arte de reducir cabezas. Ellos son los primeros exploradores del sistema subterráneo, ya que cada mes de abril bajaban a la cueva para hurtar los polluelos de los Tayos que son más grandes que una paloma. Y en medio de esta faena se toparon con una serie de sorpresas. La más resaltante, fue sin duda, el hallazgo de gigantescas huellas sobre bloques de piedra que, por sus ángulos rectos y simetría, sugieren un origen artifici
Quizá una de las cosas más inquietantes es la existencia de una presunta biblioteca metálica. De existir, y siempre bajo el testimonio de Moricz, allí encontraríamos registrada la historia de la humanidad en los últimos 250.000 años.
Un punto a tener en cuenta en relación a estas planchas, nos lleva en línea recta a los extraños objetos que en su momento custodió el padre salesiano Carlo Crespi, en el patio de la Iglesia María Auxiliadora de Cuenca. Los objetos habían sido encontrados por nativos quienes, en acto de amabilidad y gratitud, se los cedieron al padre Crespi . Muchos de estos objetos por no decir todos luego fueron robados. Si el padre Crespi aun estuviese vivo, quizá podríamos rastrear el origen exacto de tan enigmáticas piezas que parecían ser muy antiguas, mostrando indiscutibles ideogramas en relieve, una suerte de "código de información" o "escritura".
El filólogo hindú Dileep Kumar ,fue quien analizando los símbolos que se muestran en una de las láminas aparentemente de oro, de unos 52 cms. de alto, 14 cms. de ancho y 4 cms. de grosor concluyó que los ideogramas pertenecían a la clase de escritura Brahmi, utilizada en el período Asokan de la historia de la India, hace unos 2.300 años... Cuatro años más tarde, el doctor Barry Fell -Profesor de Biología de la Universidad de Harvard- identificaba 12 signos de la lámina en cuestión con los propios signos empleados en el Zodíaco.
Además se hallaron 111 fragmentos cerámicos, entre tiestos decorados y partes de vasija. También se encontraron recipientes metálicos esféricos, botellas con asa de estribo, recipientes con elementos antropomorfos y ornitomorfos. Finalmente descubrieron artefactos tallados en concha: cuentas de collar, placas de forma cuadrangular y rectangular, un disco con imágenes de serpientes y otro con rasgos felinos.
Se piensa que todos estos objetos servían para algún tipo de rito. Las decoraciones y formas de metal tienen una vinculación con la cultura Narrío 1 (Cañar y Azuay), que recibió influencia de la cultura Machalilla. Se ha determinado que todo el material encontrado data de 1500 a 1020 a.C. Estas fechas marcan la máxima expansión de la cultura Machalilla en el callejón interandin.
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