
En un intento desesperado por salvar su vida, escribió al portavoz de la Cámara de los Comunes del Parlamento inglés prometiéndole revelar la
Situación de una parte de sus riquezas, por valor de cien
mil libras, a cambio de que no le ejecutaran. No aceptaron
la “generosa oferta” de Kidd y el pirata tuvo que afrontar
su suerte en el patíbulo.
La leyenda de Kidd se propagó tras su muerte y fueron muchos los aventureros y cazatesoros que se embarcaron con la idea de encontrar estos escondites.
Tan sólo después de 200 años, en 1929, apareció la primeraprueba de que no era un farol. Hubert Palmer, abogadojubilado inglés, compró un escritorio de roble del sigloXVII con la siguiente inscripción: “Capitán William Kidd.Galera Adventure, 1699”. Hacía referencia al nombre delpirata y al barco en el que hizo sus tropelías por diversosocéanos, el Adventure. Palmer buscó compartimentos secretosy encontró uno que contenía un estrecho tubo de latón con unmapa de pergamino enrollado. En él aparecía una isla rodeadapor el mar de la China, con las iniciales “WK” y la fecha1699, con una caligrafía que coincidía con escritos de Kidd.El hallazgo fue el punto de partida de una serie deexpediciones a varias regiones de la costa oriental.
Estos son algunos de los lugares que se han barajado.
Oak Island –o isla del Roble–, en las costas deNueva Escocia, Canadá, buscado desde 1804 sin éxito. La isla de Yokoate, que forma parte de unarchipiélago que se extiende desde el sur del Japón hastaTaiwán. La isla de Gardiner, frente a las costas de NuevaYork. La isla de Coco, en el Pacífico, al sudoeste de CostaRica.La isla chilena de Robinson Crusoe, en elarchipiélago de Juan Fernández.La isla Clipperton –o isla de la Pasión–, en elPacífico, al suroeste de las costas mexicanas.
En febrero de 2000 una expedición norteamericana, dirigida por el arqueólogo Barry Clifford, halló los restos hundidos del barco de Kidd, el Adventure.
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