
Odín se caracteriza por su búsqueda de la sabiduría. Sacrificó un ojo para poder beber del pozo de la sabiduría de Ymir, y se ahorcó durante nueve días en el árbol Ygdrassil. Estos sacrificios le permitieron conocer canciones y runas que le proporcionaron una gran sabiduría. Además, Odín tenía la afición de camuflarse entre los mortales y recorrer por la tierra como un vagabundo.
Según la profecía del Ragnarok, la batalla final contra los gigantes, Odín será matado por el lobo Fenris. La muerte de Odín será vengada por su hijo Vidar, uno de los pocos dioses supervivientes al Ragnarok. En los países en los que la mitología germánica ha sido más influyente que la grecorromana, el nombre dado al miércoles procede del nombre germánico de Odín, Wotan (por ejemplo, en inglés, Wednesday).
Odín es un dios muy importante en la trilogía nórdica. Conoció a la Xena malvada cuando había decidido ahorcarse, pero ella le enseñó un nuevo estilo de vida guerrero, y Odín la reclutó como valkiria. Le enseñó los secretos de las runas y, cuando Xena fingió estar enamorada de él, le confesó dónde estaba custodiado el Oro del Rhin. Xena robó el oro y con él forjó un anillo que otorgaba grandes poderes, pero que era peligroso para los que no habían desterrado el amor. Años más tarde, Odín intentó hacerse con el Anillo para asegurar su supremacía ante los demás dioses.
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