Desde sus fundamentos se oponían a la iglesia católica, a sus formas autoritarias y represivas de entonces, la cual negaba la posibilidad a los hombres de alcanzar un estado de desarrollo espiritual fuera de las instituciones católicas. El catarismo supone un cuestionamiento abierto de toda la revelación católica, así como de sus ejes filosóficos.
Los cátaros, o bons homes (hombres buenos), se consideraban herederos de los apóstoles, vivían de forma irreprochablemente humilde, en claro contraste con la vida de la corrupta y opulenta Iglesia de la época.
Según la comprensión cátara del evangelio, El Reino de Dios no es de este mundo. Dios creó Cielos y almas. El mundo material, el mal, las guerras, la iglesia católica y los papas eran obra de la mano de Satanás, ya que Dios es el amor y bondad perfecta, y no puede hacer ningún mal.
Más aún, creían que el dios Yahvé del antiguo testamento era en verdad el diablo, debido también a sus cualidades, (celoso, vengativo, rencoroso, ojo por ojo, diente por diente, ¿os suena?) y a sus actividades, como dios de la guerra, no puede ser bueno.
Para los católicos la fe en Dios redime, mientras que para los cátaros exigen un conocimiento del estado anterior del espíritu para purgar su existencia mundana y una transformación personal a partir de dicho conocimiento. No existe en ellos una sumisión a lo dado, a la materia, que no sería más que un obstáculo a la salvación.
La iglesia terminó por invocar al uso de la fuerza, con el apoyo de la corona de Francia para su erradicación a partir del 1209. Según las fuentes inquisitoriales, y de la iglesia católica, que no se abstuvo de mentir y calumniar a todos sus competidores, entre los sectarios estaba permitida la práctica de la homosexualidad, tampoco pudo ser comprobado, los cátaros nunca fueron juzgados, sino directamente ejecutados.
La cruzada contra la herejía
La cruzada fue apoyada por prácticamente toda la nobleza del norte de Francia, posiblemente instigada por el decreto papal estableciendo, que toda la tierra poseída por los cátaros podía ser confiscada a voluntad, y que todo aquel que combatiera durante cuarenta días contra los "herejes" sería liberado de sus pecados. Más aún, el Santo Padre, decretó severos castigos contra todos los laicos sospechosos de simpatía con los cátaros. Esto constituía una invitación abierta para el pillaje masivo con las bendiciones de la iglesia ya que la zona estaba llena de simpatizantes reales o aparentes de la causa cátara.
Raimundo VI de Tolosa dirige el ejército cruzado hacia los dominios de Ramón Roger Trencavel,( vizconde de Albí, Béziers y Carcasona), junto con otros señores occitanos tales como el conde de Valentines, el de Auvernia, el vizconde de Anduze y los obispos de Burdeos, Bazas, Cahors y Agen.
En un famoso incidente en 1209, la mayor parte de la población de Béziers fue brutalmente asesinada tras la caída de la ciudad a manos de las tropas católicas dirigidas por el legado papal y prior del Císter, Arnaud Amaury. Cuando le preguntaron como distinguir a los cátaros de los católicos, respondió: «Matadlos a todos, Dios ya reconocerá a los suyos».
La masacre de Béziers, el plan preconcebido de los cruzados, indujo al resto de ciudades a rendirse sin combatir, excepto Carcasona, la cual, asediada, tendrá que rendirse por falta de agua. Aquí sin embargo, los cruzados, tal como lo habían negociado con el rey Pedro el Católico (señor feudal de Ramón Roger Trencavel, no masacraron a la población, simplemente les obligaron a abandonar la ciudad.

En Carcasona, muere Ramón Roger Trencavel. Sus dominios son otorgados por el legado papal al noble Termes, Cabaret y Lavaur (este último con la ayuda del obispo Folquet de Tolosa). A partir de entonces se comienza a actuar contra los cátaros, condenándoles a morir en la hoguera.
Perseguidos, ajusticiados por la inquisición y abandonados por los nobles.
Montsegur, ¿el último refugio?
Desde mayo de 1243 hasta marzo de 1244, la ciudadela cátara de Montsegur fue asediada por las tropas del senescal de Carcasona y del arzobispo de Narbona. El 16 de marzo de 1244, después de diez meses de asedio, las defensas del bastión, bajan los brazos, y lo mas significativo, rechazan la oferta de conversión al catolicismo, aun sabiendo que la pena era morir en la hoguera. A la mañana siguiente, los líderes cátaros, así como más de doscientos seguidores, bajan cantando hacia una enorme hoguera junto al pie del castillo, arrojándose a propia voluntad.
Sin embargo, a pesar de las masacres y la represión, el catarismo no se extinguió. Pues antes de la rendición de montsegur, entre sus muros, se organiza inextremis la huida de un grupo para salvaguardar el tesoro mas sagrado para los cátaros.
El misterio
Está claro que la iglesia desde siempre, ha perseguido a todo aquel que no pensara como ellos, y con más crueldad, a los que poseyeran algún tipo de reliquia o, mejor dicho, pruebas que pondrían en peligro toda la fe católica-cristiana. Con las excusas de herejes o blasfemos, se pasaron toda la edad media quemando libros, papiros, pergaminos, documentos, personas, apropiándose de tierras y objetos de valor, material e histórico. Fracasaron.

Pero, ¿qué tenían los cátaros?.
Los cátaros no adoraban a ningún símbolo ni objeto, pues lo material obstaculizaba su salvación al reino de los cielos, si no es nada simbólico, ¿Qué es lo que estuvieron defendiendo durante diez meses hasta que el grupo de elegidos marcharan a poner a salvo?. Tampoco pudo ser nada muy grande o pesado, pues por donde consiguieron huir fue, por la cara norte de un castillo encaramado en lo alto de la montaña con un solo y difícil acceso. Bajaron por el lado más difícil, una fachada desnuda que daba a un acantilado de rocas escalpadas y aprovechando una espesa niebla. Creemos, que ese "tesoro" era el santo grial, (Saint graal) o sangre real, nada mas y nada menos que el linaje de cristo, escrito en pergamino, o la sangre real que corría por las venas de un niño, que distinto de los otros, este, era muy importante por el linaje al que pertenecía, llevando consigo toda su genealogía, y que a toda costa había que salvarlo de las llamas de la inquisición.
En su huida, ponen rumbo a España. Ya en territorio catalán, deciden asentarse en queralt (berga). ¿Pero llegaron todos a cruzar la frontera?. Una de las personas que escapó de la fortaleza y proporcionó los medios para la huida fue, un representante del Temple, de la cercana población de Rénnes-le-Château.Parece que no es arriesgado pensar que el templario ocultara al niño en su casa. Un lugar, tranquilo y seguro en aquella época.Como ya sabéis, años después, hubo un misterio a cerca de un cura curioso que encontró unos manuscritos.
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