EGIPTO , MARAVILLOSO

domingo, 30 de diciembre de 2007

Juana de arco

Durante los largos años que conformaron la famosa Guerra de los Cien Años, el pueblo francés confiaba en la llegada de una joven virgen que les salvaría de la miseria en que se hallaban sumidos. Un seis de enero de 1412 nace en Domremy (Lorena) una niña que tenía un destino escrito ya por Dios y, aunque suene a historia novelada, lo cierto es que el papel de Juana de Arco en la gesta de lo que es hoy Francia como nación fue más que fundamental.Juana no fue una ángel del Señor, fue una joven de carne y hueso que llevó a su pueblo a sentirse unido. Aquí su importancia y su trascendencia para los siglos venideros. Ninguna figura en la historia mundial logró lo que Juana en tan poco tiempo y con un éxito tan tremendo.
Era pastora de ovejas en su pueblo cuando en 1425 comenzó a tener visiones y a escuchar voces, reconoció a San Miguel, a Santa Catalina y a Santa Margarita, quienes le sugerían liberar a Francia de los ingleses y coronar al rey Carlos VII, quien luchaba contra el invasor inglés que apoyado por su madre Isabel de Bavaria y el duque de Burgundia, pretendían hacer válido lo estipulado en 1420 en el Tratado de Troyes, que el rey de los ingleses heredara la corona de Francia.A pesar de haber predicho correctamente una derrota sufrida por los franceses las visiones de Juana suscitaban una gran incredulidad, pero en 1429 fue llevada a la corte de Chinon, y se ganó la confianza del rey tras de sortear varias pruebas para comprobar la veracidad de lo que decía; fue de esta manera que el monarca le entregó una rica armadura y el mando de un ejército.Era obvio que la chica no tenía ningún conocimiento o experiencia alguna en cuestiones militares, no obstante con gran seguridad se dirigió a Orleáns sin titubeos y la liberó de los ingleses en abril de 1429; en junio del mismo año se apoderó de las poblaciones ribereñas del Loire; más tarde derrotó a los ingleses en Patay y obligó la retirada a París del general Bedford y puso sitio a la ciudad, Cuando Juana se dio a la tarea de presentarse frente al Delfín de Francia, futuro rey Carlos VII, realizó un largo viaje desde la pequeña aldea de Domrémy hasta Chinnon, donde el príncipe se resguardaba de un indetenible avance del ejercito inglés atascado increíblemente en los límites de la ciudad de Orleáns, la cual se hallaba sitiada por ellos. Este era una de las más importantes metas de Juana para lograr llevar al Delfín hasta Reims para ser coronado en la Catedral: liberar a Orleáns y advertir así a los ingleses sobre los designios de Dios...
Uno de los puntos más polémicos en la historia de Juana de Arco fue su relato acerca de las voces y visiones que le guiaron a realizar la hazaña por la cual se convirtió en la heroína más grande de la Historia Universal. En los registros que se conservan del juicio que se le siguió ha quedado sentado que ella, de alguna manera, se negó siempre a dar detalles sobre estos mensajes.
El tribunal la condenó a muerte, pero al confesar y arrepentirse de sus errores, la sentencia fue conmutada a cadena perpetua. Sin embargo, cuando regresó a la prisión volvió a usar vestidos de hombre por lo que de nuevo fue condenada, esta vez por un tribunal secular, y el 30 de mayo de 1431, enviada a la hoguera en la plaza del Mercado Viejo de Ruán por relapsa (herética reincidente).

No hay comentarios: