EGIPTO , MARAVILLOSO

lunes, 11 de febrero de 2008

EL MISTERIO DE LOS LLANGANATES 2



Los arqueólogos creen que si bien hay un poco de leyenda en el hecho, hay elementos verosímiles y una posibilidad importante de que el oro esté en la zona de Sigsig, donde además están estudiando los vestigios antropológicos y arqueológicos.
El jefe de la misión, Michael Paret, señala que tras investigaciones realizadas en el Archivo de Indias de Sevilla, encontró la historia de Ayllón (Sigsig) y la ''laguna encantada", donde aparentemente podrían estar escondidos los utensillos de oro que iban a servir como rescate de Atahualpa.
Paret asegura que, de acuerdo con el estudio realizado en el Museo de Indias y con base en comparaciones de escritos sobre el tesoro, éste existe. ''Puede haberse creado una leyenda a su alrededor, como siempre ocurre con hechos históricos como éstos, pero el hecho ocurrió, por lo tanto el oro debe estar en alguna parte. Está comprobado que los escritos que aluden al rescate de Atahualpa son en un 90 por ciento verídicos''.
El primer paso de la investigación fue buscar evidencias de restos humanos de la época en el fondo del lago de Sigsig, pero mientras realizaban sus investigaciones fueron sorprendidos por un grupo de mineros que extraen el oro del lugar en forma artesanal, quienes quisieron expulsarlos porque creían que se trataba de mineros extranjeros. Eso obligó a la misión arqueológica a solicitar a las autoridades locales protección, y a contratar un helicóptero para que, terminada esa primera etapa, los evacuara del lugar sin tener que pasar por la zona minera. Sin embargo, sólo cuatro pudieron salir ya que en el segundo viaje, cuando viajaba de Sigsig a Gualaceo, el helicóptero se accidentó debido a una ráfaga de viento que lo desestabilizó y lo lanzó a las aguas de la denominada "laguna encantada". Los cuatro arqueólogos norteamericanos heridos lograron salvar la vida.
Para algunos habitantes de la zona el accidente habría sido provocado por el espíritu de Rumiñahui, que no quiere dejar que el secreto pueda ser descubierto. Rafaela Curuchumpi, una de las moradoras de la zona, cree que no se debe jugar con el fantasma de los antepasados porque pueden traer mala suerte. "Para qué buscar un tesoro que se lo llevó la laguna y seguramente está resguardado por los valerosos guerreros de Rumiñhaui. Esa ambición puede resultarles muy negativa", comentó.

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